Quito, 31 de Enero de 2013.
Diabluma al pueblo.
Ayer, mediante la red
social Twitter, se ha divulgado una noticia presentada por TV Sultana,
Teleamazonas y RTS. La nota periodística recoge testimonios de un joven
apresado en la ciudad de Riobamba, al mismo que se le acusa de posesión de 12 plantas
de marihuana. Ángel Pilamunga dio declaraciones a medios de comunicación,
intentando ligar a las plantas con nuestra organización, lo cual desmentimos
categóricamente.
Nuestra organización se
plantea como defensora de derechos, basados en la Constitución de 2008, la
misma que dicta:
“Art. 364.- Las adicciones son un problema de salud
pública. Al Estado le corresponderá desarrollar programas coordinados de
información, prevención y control del consumo de alcohol, tabaco y sustancias estupefacientes
y psicotrópicas; así como ofrecer tratamiento y rehabilitación a los consumidores
ocasionales, habituales y problemáticos. En ningún caso se permitirá su
criminalización ni se vulnerarán sus derechos constitucionales.
El Estado controlará y regulará la publicidad de
alcohol y tabaco.”
Creemos que este caso es
uno más de criminalización de la pobreza, mientras los medios buscan hacernos
daño, se burlan de la tragedia de una familia pobre, indígena y de estratos
populares. Enfrentaremos con toda firmeza el encarcelamiento de los más pobres,
personas, prácticas y plantas que son legítimas y que ahora tienen amparo en
derecho constitucional. Mientras tanto los ricos y poderosos, los líderes del
narcotráfico y el crimen organizado beben copas de alcohol (una droga mucho más
letal y nociva), libres y tranquilos en sus haciendas y edificios.
Es así que Diabluma ha
expresado, frontalmente, su postura afirmativa frente a la posibilidad de la
despenalización de las sustancias sujetas a fiscalización o prohibición, además
de despenalización del consumo.
Como propuesta de la
organización también consta el autocultivo, como método de autoabastecimiento,
lucha frente al narcotráfico y acción directa contra el crimen organizado, pero
de ninguna manera auspiciamos o accionamos, como colectivo, en métodos ilícitos
o ilegales.
Por tanto, nos deslindamos
de todas las declaraciones que Ángel Pilamunga pueda hacer a nombre de
Diabluma. También ratificamos la información de que esta persona no pertenece a
nuestra a organización. Sin embargo entendemos que, en su desesperación e
indefensión, este joven haya tomado arbitrariamente nuestro nombre, afectando
nuestra transparencia y poniendo en duda nuestras prácticas y opiniones, ya que en Ecuador, Diabluma ha abanderado legalmente,
frontalmente y en espacios públicos y de representación la lucha por la
despenalización de las substancias, como una propuesta concreta para
descriminalizar la pobreza, doloroso lastre del Estado burgués, que llenó las
cárceles con gente que busca una salida desesperada a la miseria.
Diabluma no produce, no
siembra, no cultiva, no cosecha ni distribuye o en cualquier forma explota
plantas, o cualesquiera otra actividad, de las que sea posible extraer
principios activos que puedan ser utilizados para la producción de sustancias
sujetas a fiscalización o prohibición.
Cincuenta años de la
“guerra contra las drogas”, inventada por el imperio de Estados Unidos e
impulsada por ONU y la JIFE, han
fracasado y dejado como resultado la muerte de ingentes cantidades de seres
humanos, el crecimiento exponencial de la corrupción, el encierro de los
eslabones más débiles en la circulación de substancias, la criminalización de
la pobreza, una creciente violencia en los países productores y de tránsito.
Como prueba de ello 40 de las 50 ciudades más violentas del mundo se encuentran
en Latinoamérica, siendo más peligroso estar en San Pedro Sula (Honduras), que
en las zonas de guerra en medio oriente, que a propósito también son guerras
que mantienen al imperio con su financiamiento. Teniendo también como
resultante a la sociedad norteamericana como la de mayor consumo de drogas, no
pudiendo soportar su problema y trasladando la violencia a otros países para el
control del tránsito ilícito. Mientras la población civil, las organizaciones y
grupos sociales, han elevado propuestas y alternativas a este modelo, como en
Washington, Colorado y California donde se ha despenalizado, incluso, el
consumo lúdico. Y existiendo proyectos de ley, pro-despenalización, en países
como Honduras, Brasil, Colombia, etc. Particularmente resaltamos la iniciativa
de Uruguay, que plantea la legalización del Cannabis como alternativa de lucha
contra el narcotráfico.
Mantenemos nuestra postura
a favor de la política progresista, en el tema drogas, que nos permita
independizarnos como Latinoamérica de la llamada “Lucha antidrogas”
estadounidense, la que únicamente ha generado violencia, crimen organizado,
criminalización de la pobreza y desorganización social.
Hacemos un llamado a la
movilización permanente, al abandono de la doble moral de los consumidores, a
asumir la lucha por la despenalización y a defendernos frente a quienes pretenden
criminalizar la pobreza o la cultura. ¡Levántate, actívate y organízate contra
la injusticia y la hipocresía moral!
Compañeros y compañeras.
Organización Popular de
Izquierda Radical
“DIABLUMA”